Que profunda tristeza nos causa el escuchar de alguien que ha decidido quitarse la vida, poniéndole fin a su existencia a través de un “suicidio”. Este es un síndrome que cada vez con mas frecuencia estamos escuchando en las diferentes medios de comunicación. Aún mas devastador es cuando aquella persona que acaba con su vida, nos es conocida o una persona de mayor o menor influencia en la sociedad.
Como servidor de Dios, este es uno de los aspectos mas difíciles en la labor que el Señor me ha encomendado. No es fácil aconsejar a una familia que esta sumergida en el dolor por la perdida de un ser que ha partido de una forma inesperada.
El suicidio afecta a muchas vidas, familia, amistades, gente que a diario veía a esa persona y van siendo marcadas por el dolor. Desde luego, esto está afectando tremendamente a esta generación que con mas frecuencia oyen de este acto tan devastador . Todo ha quedado atrás, logros, metas, fracasos, etc. Una familia que se queda paralizada de horror con una acción como ésta.
Una persona que decide terminar con su vida, es que ha perdido toda visión del futuro y ya no tiene esperanza. Ha cerrado la puerta para soñar y poco a poco ha perdido la habilidad de luchar, con una tremenda herida emocional. Ha caído en la trampa del enemigo de nuestras almas, satanás, que engaña cada dia a los seres humanos, diciéndoles que hay una mejor salida o escape, donde nada malo va a pasar porque hasta allí su profundo dolor ha de ser cambiado por un “descanso eterno”.
Hay muchos que se han olvidado que la vida tiene altos y bajos, victorias y fracasos y continuamente tenemos que enfrentarnos a desafíos, que en la mayoría de los casos vamos perdiendo fuerzas físicas y emocionales. Dios nos ha prometido que no estamos solos luchando en este mundo, El estará cerca si tan solo se lo pedimos.
Hay miles de personas en el mundo que han dejado de luchar por sus sueños, porque no están yendo a la fuente de nuestra fuerza y alegría, que es el Señor y Rey del Universo, Jesús quien ha prometido tomar nuestras cargas y tristezas y ayudarnos a cruzar ese valle, cualquiera que este sea.
No busque mas que alguien o algo llene tu vida y te haga feliz, ven a Jesus, solo en El hay esperanza y respuestas sobre la Verdad que solo el puede brindar y sacarte de ese valle de desesperanza. A Dios le importas mas de lo que piensas, el desea guiarte y traerte a una vida con propósito y visión.
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